El uso de un calzado determinado, como las bailarinas o los tacones, puede dañar la posición del pie al caminar aunque sean zapatos adaptados al pie. Aun así, la bailarina, entendida como un calzado completamente plano y con materiales ligeros y asociados a lo que conocemos como zapatos cómodos, son más cómodas que los tacones dado que no fuerzan la biomecánica del pie, pero supone un esfuerzo extra al despegar el pie del suelo, ya que no tienen ningún tipo de soporte que ayude al pie.
Esto es lo que ha explicado el Colegio Oficial de Podólogos de Cataluña, a manos de su presidente Joseph Ogalla, que ha dado importancia a los riesgos de sufrir metatalgias en la parte anterior del pie, para aquellos que utilicen zapatos de tacón, y fascitis típica (dolor en el talón, concretamente en el hueso del calcáneo) y talagias (dificultad para estar de pie).
Esto se produce porque las bailarinas no sujetan el pie y no llevan contrafuerte, generando problemas de lateralización. El podólogo acentuó que “Si es cierto que es un zapato cómodo que no provoca presiones, siempre que se emplee un tiempo no excesivo y que va bien para caminar en suelos lisos”
¡Pero las bailarinas son mis zapatos cómodos preferidos!
Aunque las bailarinas no sean el zapato ideal, si es cierto que puedes llevarlos, tan sólo hay que cambiar los malos hábitos. Aquí te dejamos los consejos del podólogo:
- Es necesario cambiar el concepto del zapato. Hay que utilizarlo como un complemento y elegirlo en función de la circunstancia, y no utilizarlo como calzado de uso diario.
- No es un zapato cómodo cuando tus pies no poseen una estructura ósea neutra.
- Las bailarinas son zapatos cómodos cuando el suelo es liso. A pesar de que el nombre engañe, las bailarinas no están pensadas para realizar grandes desplazamientos, sino todo lo contrario, es mejor no caminar mucho, y si hay que caminar, que sea en un terreno llano con una superficie poco pedregosa.
- La bailarina no sujeta el pie ni los ligamentos. Es decir, si tienes una pequeña desviación en el pie, deberías llevar calzado capaz de compensar estas desviaciones para evitar que el pie sufra, como las cámaras de aire.
El tacón ideal para los zapatos cómodos de verdad
Si hablamos de zapatos cómodos de tacón, aparte de tener la punta redondeada para no hacer daño a los dedos de los pies, con un tacón pequeño de entre 2 y 3 centímetros, fabricados con material transpirable para evitar una sudoración excesiva del pie, y con unas suelas amortiguadoras para reducir el impacto del pie con el suelo.
Los zapatos anatómicos, deben ajustarse a un ángulo de 90 grados para levantar el pie sin esfuerzo, aunque si contamos con que tenemos un pequeño tacón, el esfuerzo de levantar el pie del suelo disminuye, ya que resta tensión a la musculatura del pie al estar en un plano inclinado.
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