Los pies son una parte imprescindible de nuestro cuerpo que, muchas veces, no recibe la atención merecida. En ellos recae la gran responsabilidad de llevar todo nuestro peso, por lo que darles un buen descanso y un cuidado necesario y utilizar zapatos comodos será fundamental para evitar dolores y posibles enfermedades.
¿Qué zapatos comodos usar?
En muchas ocasiones, las mujeres suelen ser las que, siguiendo ciertas modas, deciden renunciar a la comodidad y la salud en pro de la estética, aunque no son solo ellas. El uso de zapatos incómodos nos puede provocar grandes problemas tanto de pies (juanetes, callos, espolones…) como a nivel articular o de espalda. Así, los zapatos comodos y flexibles, adaptados a nuestro tipo de pisada y elaborados con materiales transpirables y de calidad, garantizarán nuestro descanso. Algo especialmente importante en aquellas personas cuyo trabajo sea de constante movimiento diario. Además, existen muchos modelos y marcas de zapatos de calidad, ya que la comodidad no está reñida con el estilo.
No debemos priorizar estética o precio a un zapato cómodo, ya que nuestra salud física y mental está en juego. Las ventajas de un buen calzado son muchas:
- Evita la metatarsalgia. Ese fuerte dolor en el antepié y cerca de los dedos producido por zapatos altos o sin almohadillas. Un buen calzado con almohadillas anatómicas evitará este problema.
- Son más cómodos, flexibles y resistentes que otros modelos.
- Previenen problemas como los juanetes, la hinchazón de pies, los callos o las durezas.
- Elimina las uñas encarnadas. Es un problema muy habitual de las mujeres que usan tacones altos. El dedo gordo en sus bordes crece de forma anormal y se nos clava en la piel. Un doloroso padecimiento que evitaríamos.
Un zapato cómodo y flexible nos vendrá bien, física y mentalmente, y hará que nos sintamos más relajados y felices en nuestro día a día.
